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La perseverancia ante nuevos retos: Vida universitaria en pandemia

  • Foto del escritor: Chandravali Torres
    Chandravali Torres
  • 24 oct 2022
  • 2 Min. de lectura

El 05 de Marzo de 2020 llegó al Perú el virus más alarmante de estos últimos tiempos generando alarmantes números de enfermos y fallecidos, el virus del COVID-19. Este vino acompañado de una pandemia global, la cual para muchos sería el inicio de un nuevo estilo de vida totalmente distinto al que conocemos.


Debido al rápido contagió se instauraron protocolos de bioseguridad que incluyeron en primeras instancias el confinamiento total de los ciudadanos y aislamiento social. Aquello quería decir que el peruano sólo podía salir de su hogar por motivos específicos como compras de productos de primera necesidad o acudir a hospitales. Todo este cambio trajo consigo el cierre total de instituciones educativas a nivel nacional dejando a los estudiantes de diversos grados y modalidades en un limbo.



No fue hasta el mes de mayo del año mismo que se decidió aplicar la educación remota que consistía en el desarrollo de las lecciones por medio de plataformas “online”. Servicios como Zoom o Google Meet tuvieron gran repercusión puesto que la gran parte de las instituciones recurrieron a ellas, claro esta por su funcionalidad y sencillez al momento de utilizarlas.


Los primeros periodos fueron sumamente complicados para los estudiantes puesto que la educación virtual en nuestro país no es común. Si se enumerara las principales características de un aprendizaje remoto seguramente la fácil distracción ocuparía en primer puesto. La comodidad del hogar, flexibilidad de horarios, el dejar de lado el abrumador tráfico limeño y entre otros más factores lograron cambiar, más bien perjudicar la atención de cierto grupo de estudiantes al momento de llevar sus cursos. Por otro lado se tiene la posesión de artefactos electrónicos para una buena educación virtual como una computadora o laptop, audífonos, micrófono, en ciertos casos impresora o tabletas, entre otros. No todos los estudiantes contaban con recursos económicos suficientes para cubrir dichos aparatos agregando también la falta de puestos laborales por tal coyuntura.


Aún así, no se le puede quitar mérito a cada estudiante por tener el esfuerzo de aprender a pesar de las diversas dificultades, se supieron adaptar para nunca parar de aprender, teniendo en cuenta siempre el compañerismo entre sí y sobre todo la paciencia, paciencia hacia sus maestros, sus compañeros y claramente hacia ellos mismos.

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